
Alergia Según la medicina "la alergia es una reacción inmunitaria del organismo frente a una sustancia generalmente inocua para el anfitrión, que se manifiesta por unos signos y síntomas característicos cuando este se expone a ella (por inhalación, ingestión o contacto cutáneo). (…) es la expresión clínica de los mecanismos de respuesta inmunitarios normales del organismo, frente a los posibles invasores; y el error no está en el tipo de respuesta ni en su intensidad, sino en el objetivo, que no constituye ninguna amenaza. La consecuencia final de este error del sistema inmunitario es la enfermedad del anfitrión (…) Las manifestaciones clínicas de esta enfermedad son diversas, ya que dependen de la sustancia causal y del órgano afectado. En la actualidad, más de un tercio de la población mundial presenta alguna enfermedad de origen alérgico. (…) Las enfermedades alérgicas incluyen la rinitis, las alergias alimentarias, la dermatitis, el asma alérgica y la anafilaxia.” (Alergia - Wikipedia, la enciclopedia libre) A nivel fisiológico, muy brevemente explicado, tenemos que el sistema inmunitario de una persona alérgica, en un intento de proteger al organismo contra algo que percibe como una amenaza, produce anticuerpos denominados inmunoglobulina E (IgE) para atacar al alérgeno. A su vez, estos anticuerpos estimulan unas células llamadas mastocitos para que liberen en el torrente sanguíneo ciertas sustancias químicas, entre ellas la histamina, como defensa contra el alérgeno «invasor». Estas sustancias causan las reacciones alérgicas que afectan a los ojos, la nariz, la garganta, los pulmones, la piel o el tubo digestivo. Analicemos este proceso desde la óptica de las leyes biológicas y la psicosomática. Para entender con claridad cuál es el motivo del cuerpo para manifestar una alergia, es importante saber que estas tienen dos fases: la primera consiste en la identificación del alérgeno, en esta fase no hay síntomas (fase silenciosa); la segunda fase se va a desencadenar cuando existe un nuevo contacto con el mismo alérgeno, aquí es cuando aparecen los síntomas (fase ruidosa). La fase de identificación (fase silenciosa) corresponde a una situación de impacto emocional –el cual rebasa los límites de tolerancia psíquica- y el inconsciente graba con los cinco sentidos todo aquello que rodea la escena (memoria). A partir de este registro, elaborará respuestas que se activarán cuando se presente una situación similar (fase ruidosa). En otras palabras, de acuerdo al sentido más prevaleciente de la persona y dada la situación conflictiva específica, queda fijado un elemento sensitivo –ya sea visual (color, objeto, planta, animal, persona...), sonoro (ruido, voces, música...) o kinestésico (tacto, olor o gusto), sensoriales (temperatura) o incluso un proceso biológico importante como la menstruación- presente en el instante del impacto emocional y luego, cuando aparece nuevamente ese elemento (alérgeno) se produce una señal de alarma mediante una sintomatología física. Estas impresiones permanecen almacenadas en la psique inconsciente y, de ser necesario, las más relevantes pueden quedar conectadas (inconscientemente) con el programa biológico (SBS) que se activó en aquel momento conflictivo. Esta memoria fue llamada por el doctor Hamer como raíl, pista o track, que no es otra cosa que un engrama creado por las circunstancias ambientales con las que se asocia el shock biológico en el momento del impacto emocional. Como hemos visto, la alergia tiene un pleno sentido biológico, pues su finalidad es proteger al individuo de una amenaza potencial y el alérgeno es sólo el testigo de una situación desestabilizadora. Lo que llamamos “alergia” no es más que un mecanismo biológico de alerta de peligro para la supervivencia, no se trata de un “error del sistema inmunitario”. El raíl es un mecanismo ancestral que funciona como una señal de alarma o advertencia, nuestra biología se anticipa y nos alerta para evitar experimentar el mismo “peligro” otra vez y asegurar así nuestra supervivencia. Este mecanismo es lo que se conoce como una reacción alérgica. El raíl es la memoria inconsciente de una situación peligrosa que requirió la activación de un programa biológico (SBS) y que la persona no recuerda; en el momento en que esta persona hace consciente la relación entre el síntoma que se produce por un raíl y la situación donde se engramó, este vínculo se desactiva y con ello todos los síntomas “alérgicos” desaparecen. No es la evasión al alérgeno lo que elimina la alergia, sino la eliminación del raíl, es decir, el vínculo entre el alérgeno y el significado de peligro que encierra; cuando se elimine esta conexión, haciendo consciente su surgimiento en el momento del impacto, se podrá volver a estar en contacto con el “alérgeno” sin problema alguno, éste volverá a ser tan inocuo como siempre lo fue. Por ejemplo, retomando la rinitis alérgica, si una persona reacciona a cierto polen con un flujo nasal, podemos concluir que ese polen estaba presente cuando ocurrió un conflicto de “esto me huele mal”, generalmente vinculado a una situación de índole sexual o amorosa dado que el polen se manifiesta en primavera, la época del año en la que se activan los resortes biológicos de la sexualidad en todas las especies, mientras el polen actúe como raíl, la “rinitis alérgica estacional” reaparecerá cada año. La alergia no tiene un origen multifactorial como, por ejemplo, el sobrepeso o la hipertensión, sino que su causa es muy puntual, un instante de gran estrés en una situación específica. Sus causas pueden ser producto de un trauma, en este caso seguiremos el sentido biológico del órgano afectado y su activación, por ejemplo si hay un síntoma en la piel se trata de un conflicto de contacto (separación), si es en los ojos tendremos un conflicto de algo que no se quiere ver; también puede ser producto de una asociación arquetípica ya que estamos trabajando con el inconsciente, por ejemplo la leche significa a nivel simbólico madre, lo mismo pasa con el polvo (tierra) o el agua, y el pan o el sol se relacionan con el padre; o puede ser producto de un proceso psíquico más complejo como un desplazamiento asociativo, por ejemplo los juegos de palabras como tomate =tómatelo, cobre=cobrar, u otras asociaciones de carácter cultural como, por ejemplo, pan=reunión familiar (hace referencia a la Sagrada Familia donde Jesús reparte el pan) o, una asociación aún más compleja, por ejemplo, ácaro=cama=abuso sexual en la cama. Por otra parte, las situaciones conflictivas que engraman el raíl pueden ser coyunturales, es decir, que suceden durante la vida adulta de la persona, o pueden tener su origen programante en la infancia y/o tal vez aún más atrás, de carácter estructural cuando nos remitimos al nacimiento o la etapa intrauterina, o quizás más atrás, a nivel transgeneracional (sucesos que le ocurrieron a nuestros padres, abuelos, bisabuelos), incluso hay quien encuentra el raíl en un suceso ocurrido en un supuesto ciclo de vida anterior; creo que todo es válido si obtenemos el resultado deseado, en este caso, el fin de la alergia. Puesto que podemos ser “alérgicos” a cualquier sustancia o elemento, y las causas de una “alergia” son tan diversas ya que estamos trabajando con la mente inconsciente, enumerar todas las posibles asociaciones se hace una tarea imposible y mencionar ejemplos rebasaría los límites de este escrito. Sólo diré que durante la consulta es tarea del especialista buscar, cual hábil detective, la posible conexión establecida y desactivarla. Y créanme que esto es posible, yo durante más de 40 años fui alérgico a los mariscos, hoy disfruto comerlos con total seguridad.
Bronquitis El sistema respiratorio humano está integrado por las fosas nasales, boca, faringe, laringe, tráquea y pulmones. El órgano principal de este sistema es el pulmón, este consta de bronquios, bronquiolos y alvéolos. También tenemos las pleuras que protegen a los pulmones, los músculos intercostales y el diafragma que permite la inspiración y expiración. El bronquio es un conducto tubular fibrocartilaginoso que conduce el aire desde la tráquea hasta los bronquiolos. El bronquiolo conduce el aire hasta los alvéolos y en éstos se produce el intercambio de gases con la sangre. La bronquitis es una inflamación de los bronquios. Suele comenzar como una infección en la nariz, los oídos, la garganta o los senos paranasales, y a continuación, la infección se abre camino hasta los bronquios. Entre los síntomas se incluyen tos con flema, sibilancias, dificultad para respirar y dolor torácico. La bronquitis puede ser aguda o crónica. Aguda significa que los síntomas solo han estado presentes por un período corto, casi siempre viene después de haber tenido un resfriado o una enfermedad pseudogripal, y la bronquitis crónica es una afección prolongada, por lo menos de tres meses; es considerada una de las manifestaciones clínicas de la EPOC (Enfermedad pulmonar obstructiva crónica). A nivel general el aparato respiratorio es el conjunto de órganos que sirven para intercambiar gases con el medio ambiente. A través de las vías aéreas, el aire circula en dirección a los pulmones, y en éstos la sangre capta el oxígeno y se desprende del dióxido de carbono. El sistema también cumple la función de mantener el balance entre ácidos y bases en el cuerpo a través de la eliminación de dióxido de carbono de la sangre. Por lo que podemos decir que a nivel general estamos en un contexto de intercambio de aire, por lo que el conflicto global de las patologías del aparato respiratorio, en especial los pulmones, está relacionado con problemas en la realización de este intercambio, hay un desequilibrio ya sea por exceso o por defecto, y el resultado es el ahogo. El aire a nivel simbólico representa la vida. Entonces estamos ante dos posibilidades: un exceso (es tanta pero tanta la vida que recibo, que me ahoga; un ejemplo son las madres sobreprotectoras con sus hijos), o por defecto, es decir, por falta de aire, es el más común, “me falta la vida”, tanto a nivel de calidad como de cantidad. Veamos esto más detalladamente. En el caso de la bronquitis aguda se dice que, generalmente, empieza por una infección en las vías respiratorias, esto es, la nariz, los senos paranasales. La función de estos órganos es la captación del aire y su expulsión, así como la captación de olores y la fonación. Por lo que sus conflictos van a estar relacionados con algo en el ambiente que no me huele bien, se percibe un peligro. Durante el conflicto activo se van a dilatar las células mucosas olfativas para captar mejor el olor; pasado el conflicto se van a reparar con edema (inflamación) y aquí es donde intervienen las bacterias y se produce la infección referida por la medicina. Con esto quiero decir que estamos ante una situación de estrés en el ambiente, algo no está bien, “no huele bien esta situación”, nos referimos sobre todo a las relaciones interpersonales, hay un ambiente estresante, un peligro que acecha, una situación que se torna insoportable. También la medicina hace referencia a la infección en la garganta como los primeros síntomas, aquí el conflicto es no puedo tragar, no puedo pasar ese aire (faringe), es decir, no puedo pasar esta situación conflictiva. Entonces tenemos senos paranasales y garganta inflamados e infectados. Pero la situación de estrés continua, así que pasamos a la laringe, las cuerdas vocales y la tráquea, todo se inflama: se me dificulta hablar y tragar, y siguen proliferando las bacterias, hasta llegar a los pulmones. En los pulmones lo primero que nos encontramos son los bronquios. Su tejido mucoso se va a ulcerar para posibilitar la mayor entrada y salida de aire, se amplía la luz del conducto, como estoy viviendo una situación asfixiante necesito más aire: algo amenaza mi espacio vital, mi territorio; alguien se está metiendo en mi vida y no me deja respirar, me coarta, me reduce; entonces necesito respirar más, necesito más espacio. En esta situación simpaticotónica se va a reducir la producción de testosterona, mi poder de enfrentamiento ante esta situación decae, lo que va a provocar un estado depresivo y con ello disminuye la libido y me siento cansado, extenuado, mis fuerzas ceden. Si es mayor mi conflicto, entonces también mi musculatura bronquial se va a afectar, cala más profundo en el tejido; ahora me siento impotente frente a esta situación o persona que invade mi espacio, mi territorio y me quita el aire: “Quiero abrir los bronquios, quiero espacio, necesito libertad”. Ahora la depresión se torna en un estado ansioso. Si aún el conflicto es mayor, entonces va a alcanzar los bronquiolos y de aquí a los alvéolos, donde el miedo a morir es eminente. Pero sigamos en los bronquios, que es donde se presenta la bronquitis. Una vez pasado o resuelto de alguna forma el conflicto, viene la fase de reparación del tejido afectado, la mucosa bronquial, y entonces acude el agua y viene la hinchazón, la inflamación y la oclusión de las vías respiratorias, dificultad para respirar y los demás síntomas mencionados en la bronquitis. Hay un posible dolor interno en la espalda y fiebre, el cierre del bronquio provoca una tos seca. Ahora bien, si están implicadas las células caliciformes de la mucosa bronquial, entonces se va a producir tos con flema ya que estas células entran en fase activa, porque existe una necesidad de “ensalivar” (lubricar) el conducto por donde pasa el aire para realizar el intercambio gaseoso, hay un miedo a asfixiarse, existe una angustia causada por la sofocación, entonces se va a producir mucho moco, y este va a salir con la tos en la fase de reparación del tejido de la mucosa, sobre todo durante la epicrisis (tos con flemas). En caso de producirse un adenocarcinoma, este va ser degradado por los microorganismos y durante la epicrisis van a salir las flemas amarillentas o verdosas, que es el pus de la caseificación. La bronquitis ocurre en la fase de reparación de la mucosa bronquial ya que se acumula edema, se hincha y no se puede respirar bien; si el conflicto ha sido muy grave y/o de larga duración (recidivas), más de 3 meses, se torna crónico. Durante la epicrisis de la mucosa bronquial se puede producir tos con sangre fresca por el rompimiento de vasos sanguíneos e incluso puede haber crisis de ausencia. Superado todo lo anterior, sin que haya recaídas, llegamos a la recuperación final: disminuyen los síntomas, la tos se vuelve un poco más grasosa, fastidiosa, molesta, con salida de secreción transparente y poco a poco se termina el proceso de reconstrucción de la mucosa con cicatrización, quedando un engrosamiento escamoso al final. A grandes rasgos este es el recorrido del programa biológico de la bronquitis. Aunque para su estudio separamos cada órgano de un sistema, a nivel práctico esto no es así, nuestro organismo funciona como un todo. En consulta debemos ver el sistema afectado a nivel general y luego vamos especificando de acuerdo a los síntomas que presente la persona, analizamos el órgano u órganos afectados y, sobre todo, al resentir de la persona. Con respecto a esto, el doctor Sellam nos dice: “A nivel práctico, cuando hay un problema pulmonar debemos hablar siempre de la temática general de los alvéolos y de los bronquios, y preguntarle al paciente cómo lo siente, cómo lo ve con respecto a su historia. A veces es algo específico de cada uno y a veces es una mezcla de ambos. Lo más importante es que nosotros no tenemos la razón, la razón la tiene siempre el cliente con sus resentires”. Los alvéolos tratan un problema de vida o muerte (miedo a morir), y los bronquios de peleas, estamos en las relaciones interpersonales en un contexto de amenaza o invasión territorial. A veces es una mezcla de ambos temas. Siempre el conflicto de los bronquios es de menor intensidad que el alveolar. Veamos la trama de los bronquios según el doctor Salomón Sellam en su práctica psicosomática: - La trama de los bronquios es la defensa del territorio: peleas, broncas. Si la trama de los alvéolos es “no existo en mi territorio”, la de los bronquios es “no puedo expresarme en mi territorio”. De acuerdo a la intensidad del conflicto va a depender de una gripe (poca intensidad) hasta un cáncer (mayor intensidad). La trama de los bronquios es igual a broncas no expresadas, amenaza y pelea en el espacio vital. Ej.: divorcios, separaciones, herencias, preferencias en la familia, problemas en el trabajo, etc. - Hay una noción de aguantar una situación conflictiva en un ambiente irrespirable. - La gestión de las peleas, todo lo que es la injusticia, abogados, sindicalistas, vendedores… - El ritmo de la vida: Cuando tengo mi ritmo de vida, mi costumbre de vivir (tengo una cantidad necesaria de aire para vivir) y cambia ese ritmo, voy a necesitar más aire, más espacio, pero no hay más, entonces se crea un desfase entre el ritmo de vida que tengo ahora y el que tenía, por lo tanto, tengo la necesidad de tomar un aliento (aire). - El tiempo sagrado de cada quien: Necesito un tiempo para mí. - La noción de libertad = aire (puedo volar), necesito aire en mi estructura mental - Enfriamiento psíquico (simbólico): hace frío dentro de mí, estoy congelado (resfriado, gripe, bronquitis) Enfriamiento psíquico (simbólico): hace frío dentro de mí, estoy congelado (resfriado, gripe, bronquitis) A nivel dinámico la programación de una patología pulmonar es siempre estructural: transgeneracional, de Proyecto Sentido y/o de infancia; y el desencadenante es un conflicto que estoy viviendo hoy, coyuntural. Cuando estamos ante patologías crónicas y cánceres, estamos ante un tema específico con una afinidad conflictiva específica. Se trata de una estructura mental de funcionamiento, una manera de funcionar, un guión de vida. Por ejemplo, alguien que viene con un problema de bronquitis crónica es muy seguro que se trate de un problema de territorio y es una estructura mental de pelearse o de no poder pelearse, y vamos a llegar a la Conversión Repetitiva a Mínima (CRM), es decir, no es un conflicto o un desencadenante único sino que es una problemática de gota a gota durante años y años…. Puedo desencadenar un cáncer o una enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC). En este caso hay una masa conflictiva pequeña pero mantenida en el tiempo durante años. En las patologías bronquiales agudas: gripe, bronquitis aguda, vamos a ver el contexto emocional justo antes del desencadenante, es decir, hoy tengo una fiebre, tos, no me siento bien… Pregunta: ¿Qué ha pasado ayer o dos días antes? Es el contexto emocional de broncas, no puedo decir, no he podido expresarme, no puedo pelearme, “no puedo, no quiero o no tengo derecho”, sobre todo con la familia cercana: esposo, hijos, padres, etc. La Enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) es una bronquitis crónica, lo cual indica un mantenimiento de la actividad conflictiva con peleas todos los días. La solución es cortar todas las fuentes conflictivas, de esta manera de reconstruyen los bronquios. La dilatación de los bronquios es un conflicto de bronquios en un contexto de impotencia, ya que tiene que ver con los músculos a nivel de los bronquios. Hay una pelea, pero yo me siento totalmente impotente para pelearme.
